vinieron a arruinar tus vacaciones… y a quedarse. Con personalidades caóticas y colores desquiciados, estos peluches de 23 cm son impredecibles, irreverentes y completamente adorables (aunque no lo quieras admitir). Con su clásico boton en su colita, dientes humanos, ojos vacÃos y actitud inquietante, cada Fuggler es un desastre encantador.


















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